Es la aplicación de una presión controlada en partes de nuestro cuerpo para estimularlo y reactivar el sistema circulatorio y linfático al mismo tiempo, además de promover la recuperación de la elasticidad cutánea y aumentar el aporte de oxígeno a los tejidos, facilitando así la regeneración de los mismos.
Estas presiones se realizan por medio de unas cámaras de aire adaptadas en un dispositivo que cubrirá la zona corporal deseada. Estas cámaras se inflan y desinflan generando un bombeo que generará una activación circulatoria en nuestro organismo.
La presoterapia es una técnica que se comenzó a utilizar por primera vez en la década de los 60 en EEUU. Inicialmente su aplicación era para tratar secuelas generadas por la realización de mastectomías. Sería 2 décadas después cuando se profundizó en esta técnica y se comenzó a aplicar en otro tipo de situaciones, como, por ejemplo:
Retención de líquidos
Tratamiento de edemas y linfedemas
Alteraciones del sistema circulatorio
Tratamiento y prevención de signos varicosos
Disminución de grasa localizada en obesidad
Reducción de la celulitis
Postmastectomías (MMSS)
Regeneración tisular post-esfuerzo (piernas cansadas)
Es una técnica no dolorosa, no invasiva y su duración oscila entre 30-50 minutos, dependiendo del objetivo de tratamiento, al igual que el número de sesiones.
Es una herramienta útil y eficaz para complementar el tratamiento realizado por un profesional de la salud, quien sabrá en todo momento los objetivos por lo que escoge la presoterapia como arma terapéutica, al mismo tiempo que tiene en cuenta las contraindicaciones que condicionan su uso, por ejemplo:
Patología cardiovascular
Patología oncológica
Enfermedades infecciosas
Enfermedades inmunodeficientes
Infecciones activas o heridas en la zona
Problemas hormonales
Embarazo
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